EN SUEÑOS Y HUMO

Un libro lleno de pensamientos bellos y perturbadores que, al fin pacientes y repletos de sentimientos encontrados desvelan el estado espiritual del autor. Un estado depresivo y altivo, dado a su desquiciada bipolaridad y obsesión.

Más belleza que fealdad, más romanticismo que belleza, y más anhelo que el propio romanticismo tal y como siempre fue. Una humareda de contorsión psicológica y sueños. Y sufrimiento tal como es la clemencia y compasión del ser humando.

El poeta, mira dentro de sí su hermosura y su crisis mental, su potencia anímica y emocional, sus cadenas existenciales y su libertad para soñar y hacer de la aventura algunos poemas críticos y muchos de extrema gracia y solemnes delirios desde el corazón.


Barcelona 2017


Amores de jazmín


Olor a jazmín en el aire.
Hojas de otoño en el respiro…
Ella de tez al carbón.
Cual pincelada turbulenta
en un lienzo escrito por la noche.
Viento que emotivo,
hace resbalar la poesía matinal
del estival amanecer.

Conchas marinas en la arena
de finas piedras calizas.
Antes lava de amores.
De tiernos melodiosos bocetos
en papel rosado
ayer dormido.
Hoy, en dichosa experiencia divina.
Jazmín, olor a jazmín en el aire.
Respirar el profundo despertar.

Llanuras de ricas rosas
con espinas de fuerza selvática.
Jazmín.
Puro enigma en tu mirada,
que me inmersa al abismo de tu pensar.
En mi mente prolífera.
De amores.
Amores de jazmín.


Artista

Soy un artista subversivo.
De otro tiempo.
Pido grandeza.
Pido honores.
Pido reconocimiento.
Pido mujeres.
Pido la gloria.

Morir y que recuerden quien soy.
Lo que soy.
Soy un artista.
Soy soberbio.
Si, lo soy por perseguir la fama.
Pido perdón.
Pero mi senda es la eternidad.
Aunque en apariencia sea un puto vanagloriado deseo…
Pero soy uno de los grandes.
Y lo se.

Necesito todo.
Pido todo.
Quiero todo.
Y eso es las más grandes artes.
Y necesito la redención.
La magnanimidad .
Y la cúspide.
Pido todo.
Todo lo que mi corazón desmembrado necesita.

Y tengo el ego como un dinosaurio.
Grande y salvaje.
Pero es que soy un jodido cabrón.
Estoy corrompido.
Pero veo a artistas que tienen todo lo que hace falta para desarrollarse.
Y yo estoy solo.
No tengo ni idea de cómo darme a conocer.
Pero el mundo está destinado a verme brillar.
Cojones.
Cojones puta la mierda.
Hasta los cojones.

Ya hago lo que me gusta ya…
Pero quiero más.
Quiero músicos.
Quiero tocar con buenos músicos.
Que se compenetren con mi arte y yo con el de ellos.
Que poder crecer artísticamente sea la razón de peso.
Que hacer arte no sea mi competición, 
sino un sueño en común con otros.
Que pueda respirar arte de día y de noche.
Avanzar.
Crear.
Disfrutar.
Ser quien tengo que ser.


Atentado contra la humanidad

Quiero apartarme del mundo unos instantes.
Pero no puedo.
Llevo demasiado tiempo aquí
mezclándome con todos.
Y mi soledad se transforma en pregunta.
¿Hasta cuándo?
¿Dónde?
¿Quién?
Mi falta de valentía
me traiciona.
Y mis drogas no colocan.
Mi temblor hacia el decorado existencial
es de pena.
Es de risa.
Es de verdad.
Mi mente está dormida.
Quiero despertar
y dejar mi cuerpo desaparecer.
Apartarme del mundo unos instantes.
Pero no puedo.


Calendarios que caducaron hace tiempo

Estoy tirado en una cloaca.
Débil y solo.
Nadie oye ni escucha mis gritos.
Lloro por la fuerza de la libertad,
por la que lucho y no puedo tener…
Felicidades por comprenderme.
Me digo a mi mismo.
Pero estoy en la oscuridad.

Flores del cual que el tallo se volatilizó.
Viento que nunca quiso venir
para empujar mi barquito
hacia aguas cálidas.
Mereceré dolor.
Porque sé que es el amor,
vaciando cargadores
de balas explosivas
ante un espejo,
Donde veo que soy muy viejo.
Y mis manos se agrietan
por la soledad.
De tanto rehacer mi busto
de fango y madera.

Vidrio roto en migajas.
Revienta mi alma que sobrepasa
los linajes de artistas malditos,
como calendarios que caducaron.
Que caducaron y ahora son papel.
Que acaban en la hoguera de la verdad.
De la soledad nocturna.
Dolorosa elipsis de sentimientos que aquejan.
Victorias futuras
pero presentes ensangrentados
de corazones quebrados.
Por el día.
Y calcinados por las noches…
Por el frío hielo nocturno.



Colección de verbos

Levanto la vista al cielo.
A las estrellas,
y digo…
Soy un artista colosal.
Ultra hermoso es mi arte.
Me muevo por mi propia luz
y soy potente y extremo.
Mi música es excelente.
Recuperé la magia.
La confianza.
Y soy la polla.
La liaré parda.
Y sigo.
Funk.
Funk madres.
Y padres.
Niños y niñas.
Caramelos de piñas.
Melón y coco.
Sandía.
Mandarinas verdes.
Me mola mi arte.
Soy subversivo.
Y me encanta mi colección de visiones.
Me doy cuenta que soy uno de los grandes.
Palmeras y soles brillan a mi paso.
Un brote de saliva moja mis labios.
Mis manos tocan los instrumentos…
La guitarra…
Y dan el golpe.
Queda mucho camino.
Si…
Pero lo haremos gran Dionisos.
Lo pasaremos bien.
Y saldremos a flote.
El verbo es mi lucha.
Poder.
Sueño eterno.
Átomos de arte.
Autopista de música.
Estrellas de luz musical.

Buen dios.


Color maldito

Soy un artista maldito.
Me persigue una maldición.
Mi propio ser.
Mi propio arte.
Es un peso que me ata el corazón.
Eso recae en mí cual tonelada de acero
en una llama de cerilla.
Mi maldición es mi sueño.
Mi deseo,
en una cárcel de placeres de origen intangible,
pero práctica y de materia existencialmente
físico-somática.
Mi psique .
Mi arte es mi problema y solución.
Llegar lejos es mi prueba.
Y es mi pesadilla,
que arrastro y llevo conmigo.
Día y noche.
En mis sueños nocturnos.
Y en mi pesar en los días lluviosos.
Soleados por el fuego del ego.
Ego simple y llano.
Pero de natural artefacto pensante.

Traigo en mí la gloria.
La pena.
La desdicha.
La honra.
La fama.
La cordura desteñida,
hacia un color nunca visto.
Un color maldito.
Trágico, dentro de mis entrañas.
Desde afuera, luminoso.
Pero entre yo y mi alma,
el sufrimiento de este peso,
se hace contradictorio.
Y es un arrebato de pasión.
Pasión doblegada.
Por la dualidad.


Como un alfarero

Hago poemas
para que la verdad quiebre
cual soneto en boca de bella mujer.
Un destello.
¿Qué sería de ti sin gozo?
¿Qué sería de ti sin sol?
¿Qué sería de ti sin pensamientos tales?
Hago poemas como un alfarero hace cuencos,
donde nacerán fuertes victorias,
bellos amores
y nostalgia de cabezas cortadas
como el amanecer
de una pluma al viento,
que negra,
compacta el alma del soñador,
dando la vida al mejor ejemplo de creación.
Creación artística,
fiel al corazón,
que de sangre de poeta se despide del dolor.



Con la mar

El pájaro cantor
tiene que volar.
La medusa
picar y dejarse llevar por la corriente.
La anguila electrificar.
Y la mandrágora
envenenar de verde su destino.

Yo estoy sin rumbo.
Solo vivir el presente con ojos
de basto horizonte.
Con la mar,
amplia marea
que me llama
y en el barco se mueve
con despertar…

Dejaré esta tierra infértil,
esta tierra poco azarosa,
y buscare un nuevo terreno
pleno de palmeras.
Tropicalismo,
música
y amor,
con la mar…
Amplia marea.


Conceptos que magullan mi esperanza

Problemas que surgen de la nada.
Como un flotador roto en alta mar.
Cuanto más saco a la luz mis misterios,
más sucio es el visionar de mi ego.
Sufro mucho.
Siento que he estado traicionado
Por mí mismo.
Por mi sombra endeble y pobre…
Ahora estoy deprimido ligeramente.
Porque surco verdades que duelen.
Estoy descontrolado.
Estoy perturbado y sanguinolento.
Voy lento y me pesan los ojos.
Sufro y me golpean ideas turbadoras.

Mi prueba, la maldición.
El bien es bien.
Pero la prueba es dolorosa,
aunque mis vestigios serán eternos.
Ahora estoy entre la locura
y la tortura psicológica,
de unos conceptos bastante fuertes
que magullan mi esperanza.
Floto en un cielo sin luz.
Como una pluma pesada
de acero duro y seco.
Que abruma y quiebra
mi deseo de ser feliz,
conceptos que pisotean mi esperanza…
No se quien soy,
eso tampoco lo sé, de paso…
¿Porque no me hago el harakiri?
Me siento viejo.
Siendo joven.
He vivido miedo.
He vivido desdén.
Aislamiento.
He vivido mentiras.
Consecuencias.
Y la enfermedad de mi mente…
Es una de esas…
Conceptos que magullan mi esperanza.


Conquistadores del sueño

Donde estés te encontraré.
Música de mil formas.
Cuerdas de viola.
Violín de pétalo purpura.
Tallo con cinco hojas
y tierra húmeda.
Cual tarde melosa
de melodías rojizas.
Cual son que se esconde
dejando paso a la noche.
Noche que profanaremos
cual conquistadores del sueño…
Que alzando la maravilla…
Toca la anhelada cima de su espíritu.


Cuando caeré de espaldas para mirar el cielo

Calles de gozo.
Esplendido caminar
que de oro viste el diamante.
Prados de cereza.
Paseo de amor sincero.
El credo de mi corazón
está hecho de virtudes.
Cuando caeré de espaldas
para mirar el cielo…

El sabroso cautivador reproche
hacia la vigilia festiva del amanecer.
Despertemos y pensemos en pensar.
Luz que siempre brilla y nunca derrama odio.
Una historia antigua,
que repetida ennoblece
al joven y al anciano.
Dando un sueño reparador…
Y el aire de turquesa pálido
recobra la vida
y grita al pensar y crecer,
que todo es posible.

Los seres divinos
asustan al espejo roto.
Y reflejando la minucia de la mejor astucia,
recobran el aliento
y rinden homenaje
al poeta soñador.



Despacio y cauto cual relámpago

Desde ayer que suelo retozar con mi ser.
Desde la flor de mi intelecto.
Audaz huracán de ideas.
Pedazos de papel petrificado.
Letras y sonetos
a la pluma y espejo.
Espejo roto
por mi mirada de negros recuerdos.
Viento que me aleja de la cordura
y me infunda un sueño
vital para el poeta loco.
Que al piano estira y pinza
el hilo del redentor fuego.
De la mirada
hacia el temblor de la histeria,
alma noble problemática
cual relámpago en la tormenta,
relámpago cauto,
que reluce despacio.


Día feliz

Todos unidos contra la opresión.
Unidad de la libertad.
Nadie es menos que nadie.
No hay el enemigo tan feroz
como el descontrol de neuronas
que me ha costado tanto de asimilar.
Todos hermanos.
Nadie es menos que nadie.
Día feliz.
Roguemos a la gloria del amor.
Lavémonos de prejuicios.
Nadie es menos que nadie.
La pureza es la fórmula
de nuestras almas
que se torcieron.
Pero alcanzaran la grandeza
del poder de la buena virtud.
Nadie es menos que nadie.
Felicidad y bonanza.
Caras nuevas.
Ríos de abundante agua fresca.
Frutos y montañas.
Ciudades placenteras.
Paz y bondad.
He sufrido mucho…
Crisis mental,
moral.
Cerebral,
espiritual.
Anímica
Sanguínea.
Perversa y contradictoria.
Pero…
Ya me encuentro mucho mejor.
Pero queda mucho por hacer.


Drama de un ser vivo

Mi drama no son las personas.
Ni la enfermedad.
Ni las drogas.

Sino ser desconocido.

Estar aislado
con el espíritu solitario.
Y destartalado.
Por una alienación
que destruye mi alma.

Mi drama no es lo que parece.
Mi drama es
ser desconocido.



El amante y amigo

Música.
Libertad.
Arte y aromas.
Té.
Ritmo.
Ni pa dios la rendición.
Si redención.
Con toda la humanidad,  yo.
Lo negro
me asombra.
Su lucha de la extrema voz del amor.
Fuego y carbón.
Carne roja.
Color de brasas.
Humo frio.
Jazz.
Funk.
R&B.
Estelares emblemas.
Patria el universo.


El artesano

Después de caer en un agujero hondo
veo la clara luz del optimismo.
Colores de fruta fresca.
Música que encoraja al miembro pensante.
Soñar otra vez mas siendo ahora.
Que debe ser el camino hasta el fin.
Me apodero de pensamientos dulces
cual esperanza de manzana de caramelo.
Feliz y muy poco disgustado
puedo levantar mi mirada y mirarme
con dedicación y belleza.
La fuerza vuelve a mí
Y se me enrosca en el corazón y garganta
y conduce mi pulso airoso.
Benevolente y apaciguado.
Soy un ser mágico y hermoso.
Soy puro arte.
Mi arte es sano.
Artesano de las visiones ocultas
que se hacen visibles a mi grito de paz.
Artesano de corazones y almas prudentes,
ya cálidas y excelentes delirios
de secuencias naturales.
Artesano.


El frío de la noche

Dejaré que el destino me lleve.
Y viviré el presente.
Suelo responder mal a todo
obsesionándome con el futuro.
Ser el mejor.
Y es mi tortura.
Prefiero desaparecer y ser una leyenda.
Pero estar vivo y ser la hostia.
Ni pa dios que mi mente está sana.
Ni pa dios que mi cerebro es tranquilo.
Está agujereado por picotazos de gaviota,
arañazos de gato siamés,
y golpeado por mandriles come cocos.

Mi respuesta es siempre la misma.
He de triunfar.
En vida y en muerte.
Ser la leyenda que nadie fue.
Ser el fuego que nadie apaga.
Ser el gas que todos respiran.
Ser la lluvia a quien todos moja…
Y el desierto de los malditos,
donde hallarán agua fresca
que correrá por sus venas y arterias
moradas por el frio de la noche,
porque mi mente esta helada
por el frío de la noche.



El grito de mi corazón

Obsesión de deseo culminante
ante mí se rompe.
Prisión congelada de calores íntimos
y amatorios.
Quiero separarme del cuerpo,
de mi cuerpo.
Quiero liberarme de este yugo.
De este sueño
del que no puedo despertar.
Tengo amor para dar
y un corazón vacío
para llenar.
Para ser llenado de carismático cariño.
Estoy volando por terreno peligroso.
Estoy enamorado de la vida.
Pero mi sufrimiento es brutal,
cual ataque total.
Asedio a mi alma
construyendo tejidos
de caprichoso deseo.
En una cárcel estoy.
Atado de pies y manos.
Quiero ir hacia arriba.
Lejos donde pueda escapar
de estas cadenas.
Cadenas de terciopelo
y jabón de frutas.
Cascaras de huevo de dodo.
Hierba roja.
Cielo verde.
Arena violeta.
Aire quieto.
Vino de aguja.
Agua que rueda por encima
de mi paladar…
Que hace degustar el grito
de mi corazón
que se ha roto cual copa de cristal
que corta mis venas…
Y hace brotar mi sangre
dañada y alienada.


El hábil postor

Me siento como una mierda.
¿Soy una mentira?
Un títere del destino
que el juega al escondite
con mi psique.
Soy un capricho del pasar del tiempo.
Una gotera molesta.
Una tela de araña sin dueño.
Un aliento sin vaho.
Una pequeña grieta en la pared,
donde se esconde el reptil.
Pequeño reptil
que huye del humano,
que si cortara la cola,
sería mutilado.
Como yo.
Mutilado y dañado por un trauma
del pasado.
Violencia.
Alcohol.
Putas.
Peligro.
Libertinaje.
Aun filtro todo esta información.
Y cuesta de asimilar
por mi mente esquizofrénica.
Que está obsoleta y cansada.
Agotada de tanto pensar.
Libertinaje.
Sin libertad.
Cuestionada siempre por el hábil postor
que puja mi suerte.
Y gana una maldición.


El latido de mi corazón

Depresivo,
escuchando a Chopin.
En soledad.
Claustrofóbico.
Ansioso.
Poderes que desaparecen.
Y quedando solo el cuerpo desnudo,
el sufrimiento
se descubre y revienta
mi alma en mil pedazos.
A morir de quejidos perplejos a mi mirada
esbelta por pura.
Pero en mi interior arde un fuego
letal y doloroso.

Pienso en el suicidio
porque mi tiempo es libre,
estoy perturbado,
el clima y la cima,
dos monedas de una sola cara,
catarsis,
demoliciones de alma,
auto engaño,
solo,
angustiado…
Quiero estar solo,
el exterior siembra en mi
el terror,
pero tengo ganas de luchar contra ello,
muchas,
de volver a tener el control,
porque lo he perdido…

Apenas puedo moverme,
voy dando tumbos despacio
y me quedo dormido horas,
y no es una metáfora.
Todo esto va en conjunto
al latido de mi alma, que es,
el latido de mi corazón.


El manto fiel

Recordando aquellos momentos.
Los terrenos fértiles.
El árbol frutal.
Los ríos de aguas honestas,
calmadas y cristalinas.
Los bosques.
La casa de galleta.

Los cuervos salen volando
y picotean los fluidos
del peral incendiado
por el calor de la hoguera.
La hoguera que da la visión
de un futuro
postrado en el timbre
de una luz de emperador.
Emperador de perdedores.
Carisma dolido.
Sin violencia es este canto.
Potente destello de calambre
que la raíz del árbol caído
da la ola en el mar.
Con los mantos de protección
hacia la mente del soñador.



El péndulo

Se me rompe el corazón
en mil pedazos
por mi sueño que se aleja y vuelve,
como un péndulo,
significa la libertad.
La vida que nadie puede quitarnos.
La lucha contra la opresión
por la vida y la constante cabeza pensante
que enterrada busca la luz,
y sale de la tierra,
y surca nuevos brazos y piernas
para seguir construyendo,
caminando y haciendo un nuevo mundo
de luz y solemne dignidad.
El miedo a fracasar no existe,
es una mirada equívoca,
el fracaso es la niebla que exalta
el luminoso camino del triunfo,
como un péndulo
que va y viene,
lo que pasará, pasará

y así será.


En la cuna de las ideas

A veces me hago el chulo,
como un mono
delante de una cámara
cinematográfica,
me dejo llevar por el ego que madruga
en la cuna de las ideas,
temprano, y ducha mi voz,
a veces quiero impresionar
y no hago algo solo para mi,
desconcentrado,
pienso en demostrarme
que soy un estúpido,
sin saberlo,
sin pretender que mi estupidez
me haga mas tonto,
solo el ego que se mece
en la cuna de las ideas,
este es el ego,
el jodido ego desalentador,
que alienta a tener la gloria
en cada momento,
en la cuna de las ideas.


En la punta del pincel

Acabo de comprender que el tiempo dirá,
lo que el tiempo diría,
si el tiempo dijese,
que el tiempo dice.
Las princesas me mojaron entero,
y los perros mordieron mis huesos.
Las corrientes me llevaron lejos,
y el diamante hirvió hasta hacerse plasma.
La preciosa dama sofisticada me espera
porque la quise descubrir.
Aquella que serenará una parte de mí.
Correrá el riesgo de locura
y sueños vírgenes.

Las promesas arruinaron mi tiempo.
Las monedas no pagaron mi encierro.
La triste sonrisa estuvo en mí clavada.
Y los árboles dieron fruta tardía.

En la punta del pincel me escondo
de los gritos de clemencia
del toro que se pierde por la selva.
Del mono de tres patas.
Del cristal opaco y reluciente,
en la punta del pincel todo esto.
En la punta del pincel.


Encerrado en un cubo

Encerrado en un cubo
que cambia de forma.
Simetría errónea.
Corriente de aire grumoso.
El cerebro del revés.
Las piernas andan para atrás.
Y las manos vuelan con plumas
y piel de anfibio.
Versatilidad.
No sé por dónde empezar.
Estoy perdido
en un mundo de mentiras.
En un mundo de azúcar y canela.
De sal y de pimienta.
De limón y azahar.
De pinos y plataneros.
De fuego y hielo.
De sol y noches largas,
solitarias y enfermas.
Caminos pueriles.
Fertilidad al freno de mi pesadilla
que en mi espalda moja
cual tormenta de rayos eléctricos…
Encerrado en un cubo
que cambia de forma.
Solo ante este mundo.


Estatua de hielo

Espero que mi locura llegue
a su máximo exponente.
Siento que me va a estallar la cabeza.
Mi autoestima se va a la mierda
y mi mente se fríe a altos grados
de temperatura.
Temperatura,
metáfora de gravedad
del asunto.
Un asunto que me está destruyendo.
Una verdad demoledora
que corta mi cerebro  cual lomo rustido,
humeante y ardiente.
Espeluznante cómo me encuentro.
Y cansancio es mi segundo nombre.
Estoy preocupado.
Y se me cae el mundo encima.
Todo parece ralentizarse
y no puedo gritar.
Y nadie puede ayudarme.
Pues estoy solo.
Y eso me da más pavor.
Nada existe.
Pero mi mentalidad egocéntrica
hace que todos mis pensamientos existan…
Aunque haya paz,
en mi hay guerra…
Aunque esté a salvo,
sentiré el peligro…
Aunque haya amor,
yo sentiré odio.
Y mi mente me engaña.
Me engaña y me golpea muy fuerte.
Palizas psicoatómicas.
Palizas dentro de mi mente
quebrada.
Quebrada y transparente.
Cristalina y frágil
cual estatua de hielo
que se rompe como un diamante,
al caer al suelo recién pulido.



Estrellas en la isla

La mujer que me debe enamorar
tiene que oler a azahar.
Esto es la isla.
No hay prisa.
Caminando creo en el sol que me alumbra.
Todo es posible.
Chozas de fango y excremento.
Ni una sola mota de polvo.
Solo polvo de estrellas.
Eso sí, tal como se respira.
Manto de sueño real.
Una partícula de sentimiento.
Mujeres desnudas pasean delante de mí
Una melosa melodía.
La calma que precede.
Es la llanura solitaria.
Pensamiento cual energía volátil.
Bebo de un coco.
Su agua dulce.
Sabores y recuerdos
vienen a mí cual existencia borrosa
en un anciano
sin costuras en el alma,
que muere en paz.
Y vivo,
responde al poder de la noche.
De cada sueño,

de cada madrugada.


Flores de teatro

Flores de teatro.
Cortinas de terciopelo.
Habitación que de letras se enfunda.
Pentagramas que declinan en respiros.
Flores de teatro…
Relucir al sucio dormilón.
Su manta de jabón de azucena
Como la voz dormida,
que sigue la senda del trueno.
Lluvia que cae dispersa
y moja la espalda de aquel loco.

Flores de teatro.
Camas de escamas,
cual lagartija amarilla
que se inquieta por el cobijo oscuro.
La maleta hecha
para un destino sepultado
y peliagudamente pertrecho,
por el sollozo de la voz
que retumba en la pared.
Su bondad sombría,
que un día fue un rey
Y no ganó mil batallas.
Sino un callar repentino.
Que sin lengua,
ni el dulce sabor
resquebrajado,
pondrá fin al sufrimiento
del motivo vital.
Del vómito de palabras.
Flores de teatro.
Palabras que florecen.
Flores de teatro.
Relucientes.
Calladas y nobles.
Flores de teatro.


Frutas

Papayas y cocos.
Palma verde lima.
Limón en jugo.
Chirimoyas y aguacates.
Piñas dulces
al peso
de mi alma.
Pitaayas rojas.
Pimienta de sacarosa profundidad.
Picantes ramas húmedas.
El césped en el aire.
Plantación de crasas sandias.
Melones de verano.
Playas solitarias
escondidas por el soñador
que vio el amanecer.
Y decidió liberarse.
Y renacer en dulces frutas.
Reencarnación tropical.
Frutas.


La amplia colina

Sueño con colinas de maíz.
Casas de madera blanca.
Algodón de sangre.
Balas en el pecho.

Sueño que el canto es de mujer.
De motas de polvo antiguo.
Con aromas de árbol caído.
En Mississippi.
Amplias colinas que severas tienden
a moldear mi espíritu.

Sueño en un naranjo maduro
de fruta jugosa,
paredes de cristal,
aviones de motor de aire,
pasos que no dejan huella
y calipso en las esquinas.

Sueño con humo gris
con el cielo azul,
que tiembla
por verme libre…
Se caerá ante nosotros,
la angustia pasajera
que dejará la estructura ósea
al descubierto,
y el corazón
se dará de alta,
para amar a aquellos
que perdieron el poder
de la somnolencia.
Sueño con la amplia colina
que me ha visto
y me ha dicho
que descubra el mundo.


La garrapata que salta

Siento un repentino miedo
a caer pro el agujero de la depresión.
Una depresión caprichosa e indecente.
Leve mosqueo, puede ser.
Pero la mente y el sueño
juegan a cazar al débil y al asombroso espantapájaros.
Que soy yo.
En un espejo me asusto.
Tengo miedo de caer por el tobogán de mi pánico.
Pánico y agrio presente.
Me quedo donde estoy y me asusto.
De todo.
Como una garrapata que salta.
Y viaja flotando entre polvo y mierda.


La montaña del gigante

Gardenias que trepan por la montaña del gigante,
que despacio anda y torpe y se equivoca.
Y come alpiste y bebe cerveza.
Y crece y crece
cual árbol de platanero.
La cueva sonrojada
sale al exterior
y observa que hay un mundo fuera.
En el castillo,
devorando a almas de mágicas y enérgicas,
desaparece el temor.
Dará amamantando al hijo del prostíbulo.
Y las flores ganarán al destino su carta final.
El redoble de tambor despega desde el cielo.
Y se lleva consigo al pueblo libre.
Las manzanas del árbol maduras caerán
y brotará un sueño eterno
al contemplar que la noche puede brillar,
y el cielo puede ser tocado…
Y así el conocimiento
será para cual lo busque
en el interior de su alma.


La persiana lila

En un sueño que tuve salió ella.
Mestiza entre oriente y el continente negro,
islas de calores y árboles de papaya,
desperté por la mañana y abrí la persiana lila,
madera caliente,
color vivo esperanzador.
Decidido amarla…
Seguí durmiendo
para recapitular el momento y que fuese eterno,
ella me sonreía,
vivíamos en una casa,
la música salía de nuestros cuerpos a borbotones
y ella de voz tranquila,
cantaba la canción que de pureza se trataba.

El sueño era de sabor 
que elevaba el ánima de la gracia del amor.
Una memoria de sabor a coctel de frutas.
Leche de soja.
Plantas con flores
que cambian de colores vivos
a aun más vivos…
Cual primavera,
que al despertar
vi la persiana lila.
Y la vi a ella.
Mitad artista.
Mitad sincera.



La sonata

Como el pájaro que surca el cielo.
Cielos de papel quemado.
Ceniza de bostezo.
De la diosa aburrida y perpetua.
Somnífero de corazones hambrientos.
De fuego celestial…
La mente dormida
de la despedida del que vio partir
al manco volador.
Que renacerá al volver a tener manos.
Y sacudirá el pensar del olvido.
Como el pájaro que surca el cielo.
Tierra de nadie.
Roca firme que flota
en el mar del fastuoso destino.
Que caerá y blandirá la espada
que clavada en el alma del soñador
decapitará los turbios pesares.
Se interceptará desde lejos
en el espejo mojado,
por el susto del parecido al hombre desdichado.
Que en la guerra salva al enemigo de sí mismo
vendando cada herida.
Envenenando de poesía cada miedo.
Sacando la flor del tallo
para al fin amanecer

al color del amanecer.


La tarde y la luz

Somnolienta y placentera.
La tarde.
Contigo la escondo.
Y la busco para otra vez encontrarla.
Y así jugar con el sino tan frágil,
que despertar del ensueño no quiere.
Así nace devolviendo su paz al mundo
con nuestra visión del sueño.
Sueño de futura mirada.
De cimas de cristal.
Sin tristeza.
Sólo de amores.
Gozo y eternos viajes
hacia lo artístico.


Me enamoro

Me enamoro fácilmente.
Sufro mucho por la sombra del deseo.
Veo la belleza.
Y me impregno de ella.
Caigo sin fin.
en un desaliento.
Surco los páramos del anhelo.
Un amor no correspondido

Duele cual punzón en el vientre.
Me enamoro fácilmente.
De una y de dos.
De muchas.
De ninguna.
De una cara bonita.
De una mirada.
De una posibilidad.
De un trato inteligentemente hermoso.
Me enamoro fácilmente.
Me enamoro.


Melodía desconocida

He engordado mucho.
Ansiedad grotesca.
Todo es el cúmulo de mi cansancio.
Religioso en mi obsesión,
rústica y romántica
hacia mi vida.
Una melodía desconocida.
Pero tengo mucho sueño.
Me pongo redondo.
Y mis pensamientos
dudan de mí.
Mi aspecto no me deprime.
Sino el descuido de mi ser.
En cuanto a mente perturbada.
Cuerpo fallido.
Y monótono sufrimiento.
Maleza de propaganda barata
como un lápiz que escribe
mi desgracia.

Otros están peor.
No se acaba el mundo.
Pero lloraré por algo puro.
Bonito.
Y no por mí.
Ni un milímetro cúbico
de pena en mi sangre.
Ni un gramo de compasión
en mis músculos.
Cansados de bailar una melodía.
Desconocida.
Desconocida y dolorosa.
Descompensación.
Ser duro, recio y fuerte.
Eso soy.
Pero soy débil y fácil de herir.
Fácil de aplastar.
Fácil de quebrar.
Estoy harto.
De bailar una melodía.
Desconocida.


Mi ciudad

Tengo que recuperar mi ciudad.
Quiero poder andar por ella.
Pasear entre sus árboles.
Entre su gente de todos sus parajes.
He vivido la locura de cerca.
Y eso es mi temor.
Pero tengo que recuperar mi ciudad.
Quiero recorrer calles y perderme.
Quiero caer en un bar por casualidad y azar.
De azahar sus árboles y calles.
Tengo que recuperar mi ciudad.
¿Porque tengo miedo de ella y de la gente?
Por mi enfermedad.
Que me apuñala sin pensarlo dos veces.
Que me aísla.
Y me deja exhausto
y asustado.
Tengo que recuperar mi ciudad.
Estoy harto.
De este estado.
De gato erizado.
De gato que bufa por sentirse acorralado.
De gato callejero
que ahora teme su propio lugar.
Tengo que recuperar mi ciudad.
Mi ciudad.



Mierda

Estoy harto de ser un mierda.
Una mierda
con patas.
Cobarde .
Vago.
Y barato.
Me la suda morir en cualquier instante.
Y mi egoísmo es deplorable.
Y mi miedo es extremadamente patético.
Y estoy harto.
Envidio a mucha gente
y odio a otros tantos.
Me invade la ira siempre
y no desconecto del mundo de mi mente
ni a tiros.
Y estoy muy solo, solo.
Porque no hay mujer
que caliente conmigo mi cama.
Y voy del puto amo.
Y en realidad soy un pringao.
Me defenestraré un día.
Y a la mierda.




Música de locos

La música es mi lucha.
Mis valores el arte.
Luzco condensaciones artísticas
del alma,
exquisitos recuerdos
del presente.
Arte.
Sueños cálidos de colores y sonidos.
Mi música rimbombante.
Mis pinceladas matadoras.
Mi poesía audaz.
Me siento bien.
Bebo.
Y trago arte
Veo el espacio.
Y me fundo con su negro esquema afrodisíaco.
Soy bueno.
Grande.
Cual planeta de otra dimensión.
Soy la extrema conquista de siempre.
La palabra de boca de todos.
Porque mi música es locura.
Es puro arte.
Música de locos.


Músico de Funk

Soy un músico de Funk.
Digno y libertino.
Capaz de hacer llover fuego.
Mis acordes son incendiarios.
Vestigios de la negritud.
Tambores y bongós.
Congas y platillos.
Bajos y calores de isla tropical.
Teclados y vientos cual dorado metal.
Soy músico de Funk.
Y conquistaré este planeta.
Las entrañas del arte musical.
La eterna mirada del placer.
Luces con olor a perfume de miel.
Dulce melodía al pasar.
Playas desiertas.
Ritmos y confines derramados.
Grooves salvajes.
Psicodelia.
Y orientación a lo bello.
Músico de Funk.


Pelele

Me paso el día fingiendo.
Pienso en lo que piensa la gente…
Los demás.
Me vuelvo como un lobo en la montaña
con la pata rota aullando.
Como si fuera yo un dios que no conozco.
Un emperador de cenicientas.

Surco los pensamientos
como un gusano,
que mortificado queda seco por el sol
en una tierra árida.
Me paso el día pensando
en los demás humanos.
En el daño que pueden hacerme.
En si les miro que dirán.
En si me miran que harán.

Es una pesadez.
Es como un grano en el culo.
Como una piedra en la maleta.
Como una vaso de agua enfangada.
Como un chirrío en medio de la música.


Por ella lloro

Cuanto más me acerco a mí mismo,
más miedo tengo.
Más dolor siento.
Cuanto más siento mi corazón,
más vigorosa es la percepción de mi alma.
Sufrimiento.
Y obsesión.
Por la mujer negra.
Mi amada mujer negra
me inspira.
Por ella lloro.
Sus cantos de lejos.
De cerca su aroma.
Por ella lloro.
Mi arte es suyo.
Mis lágrimas que ella esconde.
Tras su vestido.
Tras sus ojos negros.
Cual remolino de estrellas en el cosmos.
Son puro dolor.                                           
Por ella lloro.


Primavera Camila

Belleza exótica
de los aires buenos.
Morena exaltada
que confía en la calma.
Buenas ideas
de corazón sensible e intacto.
Cabello negro carbón
y ojos de olas de mar,
de nocturna paciencia.
La bella cara que asoma,
el buen humor.
Tentación para mí y mi sentimiento
hacia sus labios que ríen
y hablan sin decir grito alguno.
Ella con su preciada alma,
reconforta su plácido carisma.
De viaje,
su cuerpo penetra en mis visiones,
tranquilas.
Calor y verano me alumbran
tras su mirar.
Y hermosura suya
cual flor de primavera.


Resina

Siento que estoy solo
ante mi espejo del alma,
pasados momentos,
que asustan a mi mente.
Una ilusión rota
por los honestos pesares del mañana,
lugares lejanos,
escaleras hacia los mayores deseos.
Tortura inminente
hacia el ser incauto,
persigo la gloria
y machaco mis huesos
contra mis intestinos,
la piel de mi cuerpo
se despierta del sueño eterno
y golpea con fuerza.

Una dosis de realidad
me ha traído hoy aquí
y he tenido un sueño,
estamparme contra el suelo recién fregado,
y he rebotado
y me rompí de tres en cinco.
Alienados momentos los de ahora,
alienados pensamientos,
vacíos botes de mierda,
reseca cual resina en el árbol del deseo.



Sin alas o con ellas

Anclado en la máxima potencia.
Prisión de madera acuosa…
Ni aire para respirar.
Ni agua para beber.
Un bastón para apoyarme.
Bastón de sombras
de somníferos
que se embalan
en la cuesta hacia abajo.
Subo pero el suelo esta resbaladizo.
Hay canicas de cristal,
cual ojos que me observan
y me juzgan.

Para poder desmembrar mi corazón,
mi ser despierta
y se hace contagioso.
Ante mis órganos vitales.
Y mi alma hecha trizas.
Seda de la mejor cualidad
se convierte en el alimento
de mis ansias de volver a renacer.
La seda que un día será mariposa.
Sin alas o con ellas,
Volará.

Maldito al tren de la vida.
El tren en que estoy apeado.
Es un tren de arduo camino
hacia el sueño.
Hacia la autoestima.
Egos.
Naturaleza del deseo espontáneo.
Espontáneo cual mota de polvo.

En el suelo de la gloria.


Sólo la libertad me hace llorar

Tengo miedo de moverme.
De salir de mi zona X.
Me da miedo el mundo.
Las personas.
La raza humana está llena de maldad.
Y también de bondad.
Pero la maldad es lo que hace temblar
los cimientos de mi intelectualidad
y corazón.
Con esto me descubro.
Estoy cagado de miedo.
Por todo.
Siento miedo y culpa.
Que son solo ilusiones.
Pero sé que todo saldrá bien.
Esto es así.
Pero lloro.
Por mí.
Por los cantos de libertad.
Sólo la libertad me hace llorar.


Sonidos de atemporal enigma

Siento como si el tiempo no avanzara.
Como si la vejez viniera a verme.
Como si mi fin está a la vuelta de la esquina.
Siento que mis días no pasan.
Como si ni el calor me calienta.
Ni el frio me afecta.
Afecta a mi piel.
Una piel de un color senil.
Es que mi alma está harta del mismo cuento.
Las mismas vomitonas.
El mismo odio que de fuera adentro va,
y que me entra penetrando
por el oído sordo,
por el oído saturado
de sonidos que chirrían,
sonidos que duelen al tocarme
al rebotar con mi pesado cuerpo,
que con gravedad austera,
se asusta del entorno.
Tan penoso es lo que percibo
que mi cabeza va a desprenderse
de los hombros,
cayendo y yendo calle abajo
cual tráquea temblorosa,
cual túnel sin fin,
como los sonidos que duelen al tocarme,
sonidos de atemporal enigma.


Todo sucede cuando toca

Todo sucede cuando toca.
Como el rayo de luz por la mañana.
Como el año venidero.
Como la calumnia del viejo verde.
Como la astucia del niño salvaje.
Como la farándula de la araña
que come mosquitos.
Todo sucede cuando toca.
Como la ventana cerrada.
Como la habitación a oscuras.
Como el polvo de cadáveres.
Como el aceite en la piel de la prostituta.
Como el galope del caballo valiente.
Todo sucede cuando toca.
Como la canción en boca de todos.
Como el final de la película.
Como la estrella que canta al universo.
Como la niebla de la noche.
Como la gracia divina.



Unicornio

La risa suena fuerte por la mañana.
La tristeza no se aguanta de pie,
y la canción suena suave y silenciosa.
Los pájaros gobiernan la ciudad vacía,
y las leonas yacen presas de balas explosivas.
El mar en calma.
Junto a la arena una partícula de oro
y sol candente.
Renunciar al poco sueño…
No podremos.
Seguiremos soñando hasta sangrar.
La azucarera de caña
es viril cual unicornio.
Viril cual delfín.
Con dientecillos que devoran la pesadilla indómita.
La risa fuerte es condenada
a seguir nadando entre dos aguas.
La emperatriz alardea de ideas bonitas,
y su mayordomo se anima
a perseguir su voluntad.
Vivir como uno puede.
Renunciar al poco sueño
no podremos.
Cual unicornio blanco.


Vencer la turbia enredadera

Venceré mis temores a la humanidad.
Mi fobia social.
Mi perecedera existencia
no vale tanto sufrimiento.
Andaré y andaré
por los ríos sagrados.
Y encontrare la paz
y el sueño.
Así viviré sin angustia.
Me arde el pulmón…
El otro helado.
Saco aire y está contaminado.
Y pienso que estoy hundido.
Hundido
en un cubo de leche agria.
En una cueva mohosa,
unas sombras turbias
me mecen al son del sufrir.
Altas mareas me adentrán
en el mar de la pesadilla.
Y me dejarán solemnemente gastado.
Pero…
Vencer la turbia enredadera.
Vencer la turbia enredadera de mi mente
es cuanto quiero.


Ya no se en que creer, pues…

Ya no se en que creer.
Me manda la vida una enfermedad
crónica y salvaje.
Que afecta a mi realidad
y me pega en el alma y corazón.
Una dolorosa experiencia
que atañe a mi cuerpo e ideas
dejándome a la deriva
como un barquito de papel.
Papel que ha sido doblado
y cercenado.
Separado de un sentido para ser
una inútil inundación
de pensamientos,
ya no sé qué creer,
si soy yo, o soy otro,
si amo u odio,
si quiero o desaprovecho,
si avanzo o me hundo,
ya no se en que creer, pues…


Zorro

Soy yo quien grita y habla,
soy yo y mis gafas oscuras y mis miedos,
como artista soy John,
como persona también soy Raül,
pero piso fuerte y pisaré y pisaré
cual nota y huella de fango inquieto.
Como electricidad,
como carcajada infinita.
Yo soy John Humphrey Coconut.
Músico.
Pintor.
Poeta.
Artista desde siempre,
y para siempre,
listo cual zorro,
libre cual zorro,
genial cual zorro salvaje,
salvaje e impulsivo,
cándido e iluminado,
atento y impulsor de algo único,
algo real,
en esta no realidad,
en esta no realidad real.
Estoy al final de una etapa,
que reviente todo,
que todo se desintegre
para seguir
e ir a por todas,
en el nuevo principio.


EN SUEÑOS Y HUMO - 2017