CALOR Y FRÍO

En este libro de poesía John nos cuenta grandes pensamientos.
Un atrayente torbellino de ideas llenas de contradicciones y mensajes subliminales hacia la realidad del cuan surrealista es la vida o se pueda ser… sería pues; ser, estar o parecer.
La cuestión es cómo vivir con las condiciones del bien y del mal.

Este libro repleto de negativismo verídico, es una búsqueda de la esperanza para todo ser humano. Un conjunto de recetas para pensar.



Barcelona 2016






Ansias

Ansias de acabar con el suplicio
de los aplausos de dios,
aplausos repelentes
muertos de risa,
subterráneos y de una impertinencia colosal.
Ansias de volar hacia el tornado
de emblemas antipatrióticos,
ansias de despertar a la bestia senil
que busca entre la basura su destino…
mejor tenerlo y no necesitarlo
que necesitarlo y no tenerlo.

Tembleques asociados a la desdicha,
poderes oscuros y dementes,
sensación de vacío,
sensación de ternura hacia una muerte brutal
cual disparo de un bazuca
en una casa de muñecas.


Asquerosa sensación

Resplandor en la niebla.
Resplandor en la hierba.
Resplandor en la noche.
Que asquerosa sensación
al recibir la luz de la mentira.

Hay la verdad,
y la verdad.
Si quiera decir esto.
Mentirosas impuras mezclas
de tentaciones vanagloriadas
por el mago de la avenida,
que llama la atención de todo transeúnte,
transeúnte al límite de la desesperación,
hasta creer que es cierto
todo cuanto pasa.
Vanidosos inciertos mapas
del tesoro,
tesoro sin oro,
tesoro sin plata,
tesoro intangible
que trasciende hacia una asquerosa sensación.



Cambios en el interior

Desenmascaro el miedo.
Miedo a perder la partitura de mi cordura,
cual niño pierde a su madre en un bombardeo.
Me enojo conmigo mismo
esperando mi tumba vacía,
pero a rebosar de hielo perpetuo.
Cuanto dolor goloso asoma en mis intestinos
atento a que reviente mi vientre.
Y así perder la cabeza
por desequilibrio mental
cual árbol talado.
Como las ruinas de un castillo
y las repletas junglas de cartón.
Las tinieblas de mis sueños.
La camorra.
El rifle de madera.
La niña virgen.
El espantapájaros abandonado.
La suerte maldita.
El amanecer de los muertos.
La desdicha del temor.
La templanza de la orgía matinal
entre mi mano y el ácaro gigante
del polvo que me pinchó,
polvo cual dosis de heroína,
azúcar venenoso
para el patán silencioso.


Como sea

Como un camello,
que muerde la estrecha maleza
cual caballo que corre hasta la muerte.
Como un cohete hacia trescientos años luz.
Como una tortuga que se reconforta
en el agua cálida.
Como un ratón que tiembla
ante el impasible felino,
esperando su genocidio.

Semen de enano.
Mascaras de hierro.
Patatas podridas.
Gusanos fritos.
Hormigas devora-hombres.
Águilas ciegas.
Enemas en la taberna,
bebiendo rico vino
Y comiendo jabalí con frijoles.
Impaciente revuelto de sensaciones.
Caer en la trampa.
Nada es lo que parece.
Nada es casualidad.
Como el barco que flota
aun pesando toneladas.


Contradicciones de palabra

Frío con olor a animales muertos.
Calor con temperaturas bajo cero.
Palabras serviles.
Destino fatal
cual pez pescado que se ahoga
y sufre dolor.
Desparpajo juvenil.
Demonios en el cuerpo pálido.
Rostros chirriantes
cual ojo que se abre como plato roto.
Navidades sin regalos.
Miseria en una cárcel.
Estudios retrógradas.
Carrera de nueve años.
Empleo de castigo.
Plantas sin luz solar.
Tripas de paloma.
Plumas de ángel.
Sangre de ballena.
Contagio de la lepra,
saber que la diligencia
tiene el dinero
para los gastos del burdel,
burdel rojo,
burdel roto.


Después del río

En un camino te encuentras.
Después del río está
la casa del soñador.
Un árbol cae
Desmembrado,
el fruto se pudre
y la semilla brotará en la tierra,
aun siendo baldía.
Tierra de nadie.
Solo tierra de todos.

Un absurdo secreto esconde la semilla.
Mala hierba nunca muere.
Pero el despertar de las nuevas ideas
Imperan en el reino.
Una jaula de oro.
Un jardín de inmensos juncos.
Un río donde el agua libre
corre hacia arriba
cual cascada en las antípodas…
como el salmón que salva
y perpetúa a la especie
y se niega a perecer en la oscuridad.


Dos minutos

Dos minutos que se apagan.
Tres días que se encienden
con el fuego del traspaso al dolor.
Dolor en cuclillas.
Dolor transparente.
Ciclos de navajas afiladas
despiertan al indómito grito.

Mancha sucia y estéril.
Estéril cual compresa que enmienda
la sangre contaminada
de futura vida,
futura mirada
hacia la futilidad del hundimiento
que da el miedo transgresor,
subversivo planteamiento.

Ciudades caídas.
Monumentos inútiles.
Pájaros muertos
ya podridos y pestilentes.
Dos minutos
para discriminar la existencia.
Dos minutos.


El baile de la vida

Un desierto donde el agua es verde
y el cielo es rojo.
Una bomba de napalm,
fuego que se expande hasta el horizonte
cual abeja que pica a la cría de zorro
y muere del susto.
Tortugas en la sopa.
Duendes malignos y caníbales.
Osos polares en el caribe.
Tiburones en la bolsa
perdiendo cada céntimo.
Humanos muertos por las calles.
Guerra atómica.
Guerra civil,
paz y comunismo.
Serenidad intocable.
Pólvora de chocolate.
Mentes que se mecen al baile de la vida.


El ritual en descenso

El ritual de desmembrar conceptos.
Mesuras que se acaban.
Tesis de malditas esquinas con olor a orín.
Poesía de barriada.
Mundo mutante.
Caídas rectas en desechos humanos.
Movimientos elípticos sin gravedad.
Podridas notas en melodías obscenas.
Milagros y sombras.
Destino gangrenado.
Inteligencia, intelecto.
Un par de guantes de boxeo.
Una manzana podrida.
Un campo de fresas.
Un continente arrasado.
Nieve en ebullición.
Ceniza de cadáveres vivos.
Ritual ancestral.
Ritual en descenso hacia el alma.


Esperpento imaginario

Imagino un mundo mejor.
Un mundo donde no se mate al hermano
por la codicia de robarle.
Donde no se culpe al pobre
y acabe en la cárcel.
Un mundo donde no se maltrate a la mujer
Y se la acorrale indecentemente.
Un mundo donde
reine la igualdad,
donde el agua sea para todos.
Un mundo en que la libertad
sea filosofía de vida.
Un mundo donde la muerte sea otro viaje más,
donde reine la paz y no la mentira,
donde los frutos de la ciencia
sean únicos y no compitan
con la corrupción de la iglesia.
Un mundo donde poder respirar con dicha.
Un mundo donde trabajar sea un derecho,
no un privilegio.
Un mundo donde poder entrar
en la frontera inexistente.
Un mundo donde el ser pueda decidir cómo vivir,
donde las guerras solo pasen en los filmes,
un mundo donde el sol y la luna sean uno,
un mundo mejor,
un mundo.



Esquina tras esquina

Un deshecho.
Una escopeta recortada.
Un grito agudo.
Un desánimo aplastante
corre por la ciudad.
Ciudad de homínidos.
Ciudad podrida
que nos da la noche y el miedo.

Compromisos irrelevantes.
Caricias de manos que se aferran
a la miseria.
Ilustraciones a destajo,
un recién nacido llora por el hambre
y su madre desaparece en la niebla…
esto es el gueto,
la jungla de hormigón,
la batalla de los inmortales,
la batalla perdida,
la moral aguada
cual vino de garrafón.
Poder sobre poder,
destrucción masiva,
guerra bacteriológica,
cochina vida
esquina tras esquina…
gato tras ratón,
ratón tras cadáver,
cadáver tras heroína,
heroína tras complot,
complot tras gobierno,
gobierno tras esquina.


Esquinas en la frontera

Deseo de perder la enfermedad de vista
que persigue al genio
que discierne entre un bien y un servicio.

Me sirvo de un wisky y quema la pena.
Yo en la frontera
entre la honradez
y la propiedad.

Latifundios de aromas correosos,
corroídos enigmas hacia las esquinas,
esquinas en la frontera.


Falta de pruebas

Les encanta morder el polvo.
Polvo de untuosa mierda.
Mierda recién salida y calentita.
La gerencia lo sabe.
Falta de libertad.
Necesidades vitales.
Pirámide destruida
por la vanidad y la corrupción…
No hay de nada
Y piden de todo.

¿Cómo pretenden salir aclamados y no ser descubiertos?
Por falta de pruebas no es.
Sino por mentiras compulsivas
alrededor de sus cabezas.
Cabezas que petarán
cual granada de confeti.


Frío y calor

Como la sopa caliente que hierve,
hiervo por la soledad.
La soledad se adhiere a mí
cual capullo de gusano de seda
se adhiere al polvo.

La síntesis
de la poca diversión.
La palabra tranquila.
La alegría del nacimiento
para una quinceañera.
La verdad de un pobre
en un agujero de Detroit.
La desdicha.

La peor pesadilla de un padre.
La droga en vena.
La ventana abierta.
La puerta cerrada.
Enfermedad incurable.
Una playa desierta,
alimento para el alma.
sentimiento precoz
para practicar sexo.

Presidentes,
Banqueros,
Pescadores,
Presos,
Necrofilia,
espantoso físico el de ese mono,
agradable preciosa modelo de pasarelas,
a menos 16 grados,
calor espantoso,
frío y calor.


Huyo de donde parto

Huyo de donde parto
y me pierdo en la nada.
Vuelvo a caer en un foso común,
que es donde se siembra el terror.
Salgo a flote en un lago de petróleo.
Comienza mi dicha.
Después de la tormenta
viene la calma.
Después de la oscuridad
viene la luz.
Después de la borrachera
viene en vómito,
un vómito suave cual sillón de terciopelo.
Sillón de comodidades andróginas,
de comodidades psicotrópicas.
Comodidades incomodas
cual época de siembra
en un campo estéril.


La otra mejilla

Ideas perplejas.
Momentos de rectitud.
Una manera brutal de aprender.

La otra mejilla
no sirve más que para defender
una caricia del deshonor,
un precipicio sin fin,
una calada de opio,
un plato de sobras,
un paladar seco,
una lengua sucia,
una muela carcomida,
amputaciones en las extremidades,
malicia y condescendencia,
prepotencia,
alguna que otra rata,
delicadas rosas de jardín,
un caballo desbocado,
calderilla en el bolsillo,
todo el oro del mundo,
móviles apagados,
aviones que se estrellan,
cálidas noches,
arenas movedizas,
tierras baldías
infravaloradas,
muerte segura y afrodisiacas sensaciones…
sensaciones de inseguridad. 


Luces en el amargo pasado

Canicas que rebotan
unas con otras.
Viento espeso.
Hojas que palidecen en contacto
al humo de la palabra.
Caliente futuro
y sutil resplandor en el presente,
luces de tenue cáscara de huevo,
casas hundidas en la mísera paz,
paz devota de la guerra…
desaparecido montón de chatarra.
Calor inmundo,
frio condescendiente…
la orgía se acaba,
nace la batalla,
nace el orgullo,
nace el fervor por la imagen
ensimismada en repetirse incansablemente.
El enigma desesperado,
la inquieta línea,
la inquieta línea del tiempo.


Mala leche

Casi que la palmo de emoción
al ver un poema
que trata de la aniquilación por parte
de los mutantes al resto de mortales.
Parte animal, parte humano.
Yo soy como dios
y dios es como yo.
Me alegro que se extinga,
al menos, imaginariamente,
el genoma de la gente.
Gente estúpida.
Gente sin alma.
Que pierden su vida
con las drogas para ricos.
Ricos pastosos repelentes.
Repelentes y nauseabundos.
Tal es su mentira que mienten
hasta cuando dicen la verdad.


Más que un deseo

Sorprendente parecido.
Afrodita para los antiguos.
Es encanto submarino en la piel fría.
Caliente susurro
al despertar del abismo
que sobrepasa el ingenio.

Vida de amos y lacayos.
La revolución está a un paso,
Y hará de los hombres libres su canción
revelando el grito hacia la libertad.
Vida de cuentos y verdades
sobrevuelan el pasado inerte.

Tumbas vacías
repletas de musgo
suenan  para degollar
al débil pequeño cantor,
cantor de alabanzas perdidas,
sombras tenebrosas a la luz del día,
días caídos con peso firme
faltos de la gravedad.
Gravedad que un día
la manzana destruyó.


Miedo a morir

Sombras oscuras
recorren mi espinazo,
el miedo me muerde los pies
y entra en la piel
quemando los tejidos.
El miedo es la paranoia
y la ansiedad,
ansiedad que se muestra cobarde.
Siempre tenue
pero intensa y repelente.

Mi cuerpo apenas puede moverse
herido de gravedad.
Cual ataque de oso
que impregna de sangre
tras los abominables golpes.
Siento que voy a morir.
Siento que voy a caerme del aire.
Siento que me dará una espantosa
y efímera electrocución.

Parece que voy a desmayarme.
Siento que la realidad
se desprende de la ficción,
y se parte por la mitad
cual sandía.
Y las pepitas rebotan
como metralla en mi tráquea.
Tráquea que por las noches se hincha
como el hecho
de tener una alergia brutal.
Brutal como el miedo.
Miedo a volverme loco.  


O lo tomas o lo dejas

Pájaros que se pierden
en el cielo.
Lejanos pesares
para estas aves tristes.
Un prepotente desliz
que aturde al ser vivo.
Es una pesadilla
a las cinco de la mañana.
Pájaros que no vuelven
a sus casas,
cual vagabundo que bebe leche
y gérmenes.

Pastores sin ovejas.
Cuentos sin final feliz.
Manjares envenenados.
Fruta podrida.
Bosques en llamas.
Playas desiertas.
Números ceros.
Potente platino.
Mortero que explota
en la cara del obispo.
Violador de niños muertos.
Victorias perdidas.
Sueños perversos.
Viajes que acaban
en la cuneta.
Verdades falsas
y mentiras verdaderas.
Puentes bajo el mar.
O lo tomas o lo dejas.



Resbalando

El colchón apesta.
Un silbato de adrenalina.
Una puerta rota.
Un animal destripado.
El mar seco.
La luna se quiebra
y explota.
Una espía torturada.
Un sablazo que rebana.
una cabeza de marioneta.
Un tornado de ignorancia.
Una tormenta de gas mostaza,
gas en el bocadillo mordido
por la dentadura marrón.
Una embrazada
que espera al engendro
que cambiará el mundo.
Un escondite secreto,
un peso muerto,
un blanco al que disparar,
un secuestro asesino,
caramelos de heces,
caramelos de fresa, dulce
cual deseo fugaz
de incomprendido trastorno

de la personalidad.


Secretismo

Payasos que gritan.
Gritan porque van a morir.
Una bala en la cabeza.
Secretismo en sociedad.
Maléficos pensamientos.

Una pelota deshinchada.
Un bazoca de algodón.
Plumas de metal.
Lienzos en blanco.
Marea de percebes.
Calamitosa plaga de mariposas.
Esperanza endeudada
hasta el cuello.
Cual efímero golpe
de bastón
en un juicio amañado.
Condena eterna
en la milla verde,
condena con aplausos,
aplausos de secretismo,
secretismo en sociedad.


Seres mitológicos

Seres mitológicos
encabezan la jornada de hoy.
Ellos, temibles y deformes,
acabaran con la incomprensión
de este juego.
Juego de mortales
e indecentes seres
remplazaran lo duro
por lo blando.
Así como palizas verbales.
Así como encuentros sexuales.
Orgias de aceite y vino.
Dios de la carne viva.
Atroces sacrificios.
Sacrílego bienestar.
Fétido aliento para ofender
a la damita,
a las mentes impuras y pomposas.
Mentes crudas,
mentes crueles.
Mentes no recias.
No fuertes.


Serpiente de hormigón

Sensaciones de claro enigma.
Enigma asqueado
por la droga cerebral.
Una mente bípeda
cual serpiente de hormigón.

Salvación imposible.
Calor resguardado
por el invierno.
Invierno negro cual cueva
que guarda el oso pardo…
Y su cría,
que hambrienta
gruñe a la vida
y quiere carne humana
cual guerrero
que cree,
que devorándola,
se apropiará del poder del enemigo.

Él sabe que el alma
será absorbida por el atrevimiento,
locuaz y mordaz.
Bocado inminente.


Silencios, silencios y silencios

Silencios en el claustro.
Palabras que dañan el tejido.
Hierro orgánico.
Búsqueda estricta
de moléculas cancerígenas.
Esperpéntico hematoma.
Báscula de terror
que pesa al elefante
y revienta en mil pedazos.
Como un loco
que asesina
a la infantil margarita,
que yace en su estigma.

Silencios que abultan demasiado
para deshacerse de ellos.
Brutalidad,
genocidio,
holocausto.
Orfandad estéril.
Caminos sencillamente peligrosos.
Sillas de ruedas
que avanzan sin piloto.
Pesadillas de película.
Corrupción y codicia.
Silencios que respiran.
Que respiran en el agua.
Aguas negras.
Aguas sucias.


Sin deber nada a la vida

Truenos a mis espaldas.
Guerra a mis alabanzas.
Solo y triste.
Borracho de aire
como una vieja en enaguas.
Tullido cual cebra con chepa.

Pronto brotará
la mala semilla
dentro de la cueva,
y caerá el trono
de los malditos…
El cambio es inminente,
coloso e inmaduro,
apestoso e infravalorado,
recto y curvilíneo
cual mujer de los cincuenta.
Cariñoso emblema,
rica cena,
muerte gratuita
sin deber nada a la vida.
Todo está por ver…



Sorpresa

Me sorprende la inquietud
de los seres humanos.
Seres estériles
cual brocheta
de carne con moscas
en un mercado vegetariano.
Me sorprende que se entristezcan
por una mujer.
Caminando detrás de ella
y sollozando.

Una relación de pureza,
no de infortunio y desdén,
es la correcta.
Aun así,
pequeños estúpidos,
llorad si os hace falta.
Llorad de desdicha.

Esclavos de falsedades.


Vacío inerte

Existe entre mí y la realidad
un vacío inerte.
Un aparador mugriento.
Me despierto
con los destellos imaginarios
que causan mi muerte.
Una muerte instantánea.
Acusaciones en vano.
Ascensores que sólo bajan
para nunca volver a subir.
Pensamientos vulgares
que solo sirven para hundirse
en la pesadilla de la soledad,
soledad de un vacío inerte
entre yo y la realidad.


Voltios de elegancia

Mocos secos.
Moscas que beben de un charco
donde el tejano vaquero
vomitó.
Mierda seca.
Gas butano
emanado desde la imprudencia.
Que así puede arder
en una explosión
de brutales cadenas de oro
hacia el suicidio.
Un pase hacia el éxito
o un caos inminente.

Regalo de reyes,
temprano deshecho…
El niño viejo se pregunta
por su hipertensión,
y corre al sótano a esconderse
cual vaca en el matadero,
que yacerá
y será pasto para el hombre.

Luces rojas,
sangre negra,
viento huracanado,
lluvia ácida,
hivernáculos de espinas sin rosa,
aire etéreo,
pudor victoriano,
panna cotta de heces,
tortilla de cemento.
Voltios de elegancia
capaces de producir
la vanidad más indeseable.


CALOR Y FRÍO - 2016